¿Quién dijo que necesito tu presencia para amarte?
El amor a veces solo necesita un corazón
y una escalera de colores
para bajar hasta tus pies y subir hasta tu pelo
para atravesarte entero
si triunfan los oros en los sueños.
El amor es a veces un juego solitario
con cartas marcadas y un farol
de tréboles para la esquiva suerte,
bastos para devolver la dura mano
tras vaciar la copa del veneno
y rendirte las espadas, amor mío, tus espadas...
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