El día que tú no ardas de amor, muchos morirán de frío.

martes, 29 de abril de 2014

LO PROHIBIDO






Es confuso recordar cuando empiezas a amanecer insomne extrañando momentos, echando de menos no sabes ya exactamente qué o a quién. Hay un vacío al que es difícil ponerle nombre, pero no por ello es menos lacerante ese desierto. Quizás extrañas el tiempo en que el corazón se aceleraba al transgredir, no ya sólo las normas impuestas, sino la vida inconsciente. Lo extrañas, al igual que esos quiméricos sueños que ya no tienes ni dormido ni despierto, esa esperanza, esos arriesgados juegos que en verdad no lo eran tanto, lo sabes hoy que la veda se ha levantado para casi todo y, paradójicamente, los muros se han tornado infranqueables. O tal vez, intentar pasar al otro lado se vuelve fatigoso con el corazón y los brazos tan cansados de miles de defensas y ataques. Sí, hoy sigo dando vueltas y vueltas por el mundo, pero el mundo no entra en mi, no lo permito, es prohibido, al igual que te proteges mirando la lluvia a través del cristal, sin mojarte.

Una bruma cubre esa época cuando lo prohibido era fruto jugoso y perseguir la tentación enseñando los dientes desafiantes te hacía sentir inmune al peligro, a la autoridad, a la muerte… y quizás lo eras; es lo hermoso de no saber que realmente existe lo imposible y que prohibido, en realidad, no hay más que lo que te niegas a ti mismo. Desobedecer pautas, principios, inconfesables deseos incluso, es mucho más simple que acatar las órdenes de nuestro propio e implacable tirano.  Hoy, cuando en cualquier recodo del camino has arrojado las armas y te has declarado vencido para cambiar lo incambiable, cuando ya no te importa qué será de mañana porque sabes que la vida tiene la respuesta escrita desde siempre, hoy, en otro de los ya innumerables amaneceres insomnes, miras al techo descascarillado y te preguntas desde que eternidad ya no lloras, no esperas, no sueñas, no amas, no bailas… te  preguntas cuando el miedo al verdadero peligro se adueñó de ti y prohibiste a tu corazón todos y cada uno de sus más fuertes anhelos.

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