El día que tú no ardas de amor, muchos morirán de frío.

lunes, 28 de abril de 2014

Duelo



Esto es el duelo, el amor duele.                                     
El velo está roto y sucio
y la vida sí apenas se sostiene
con un hilo de seda blanco esperanza.
¿Oyes mi grito?

Sé que respiras muy lejos de mi voz,
y que para golpear tu puerta
hay que cruzar un mar de lágrimas y sal,
perderse por caóticas urbes,
atravesar puentes y montañas,
vadear ríos, derramar cascadas...

Sé que despiertas ajeno a mi lamento,
y que para encontrar tu corazón
debo buscar bajo la arena del desierto,
fundirme con las piedras y el asfalto,
revolver en el maloliente vertedero
donde mueren tus flores y mis besos...

Sé que estás lejos o no estás,
oculto en algún lugar llamado ausencia,
y que llegar a ti es el éxodo eterno,
en un día dar al mundo ochenta vueltas,
el viaje más largo es la distancia
entre los dos... si eres tú el destino.

Sé que vives en algún lugar, distante
de esa tierra donde brotan mis sueños,
bajo la que reposan los recuerdos,
pero, aún así, ¿no oyes el grito?
¿no escuchas el lamento?
¿no sientes apagarse mi latido?

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