Siempre casi primavera

Ahora, que es casi primavera si el día tiene una hora más para vivirlo. Si nos lo dice el corte inglés, si lo denuncia nuestra blanca y fofa carne en el probador de la sección de bañadores, si la báscula se ríe en la cara de nosotros, es casi primavera. Es casi primavera si los ayuntamientos deciden todos a la vez asfaltar las calles, si el volante empieza a quemar al mediodía y los desodorantes nos abandonan como amantes desleales. Es casi primavera si el acné juvenil te ataca a los cuarenta, si estornudas al olerte amorosamente las axilas, y te lloran los ojos al mirarte en el espejo. Es casi primavera si el insomnio te asalta de nuevo cada noche, si el corazón es un tam-tam enloquecido y vagas perdido por los campos tristéticos (palabra robada del diccionario personal de alguien para quien también es primavera) y te revuelcas en la melancolita (otro hurto). Es casi primavera si está prohibido suicidarse, decir adiós, ahora que todo vuelve menos lo que esperas, ahora que brotan hasta pequeñas flores amarillas en las aceras. Es casi primavera si te duele el mundo en cada poro de la piel, si las noticias son una interminable esquela de muertes de distinto valor, si las balas cruzan fronteras sin mirar por donde cruzan y el mar donde aprendiste a bucear se vuelve negro. Es casi primavera si sube la gasolina y baja el paro en la costa, si el sueldo no te llega para nada de lo que menos necesitas pero necesitas. Es casi primavera si recibes una de cal y otra de arena, si a cada golpe lo sigue un beso o a cada beso lo sigue un golpe, si alguien te ayuda a levantarte cuando caes o alguien te empuja. Es casi primavera si el amor borró tu nombre de su agenda, si el silencio de una risa te ensordece y se te ha muerto un olor en la memoria. Es casi primavera si alguien te espera en un oscuro callejón, te desvalija de las caricias más valiosas y te arrastra bajo la luz de una farola que asemeja una luna llena. Es casi primavera si te piden perdón y si perdonas que el amor fuese una guerra sin vencidos. Es casi primavera si sabes lo que quieres y si no lo sabes, si disculpas el olvido y las ausencias y sonríes a una espalda que se aleja. Es casi primavera si recibes con los brazos abiertos esa mirada amable, un nuevo olor a tierra, esa ternura. Es casi primavera si te entregas y te entregan. Ahora que es casi primavera y es la vida una hora más, repetimos cada gesto, año tras año, con la misma sangre alborotada. Ahora que es casi primavera repetimos ritual, esperamos en el mismo bar y mirando en la misma dirección, el regreso necesario de ese misterio del deseo.