El día que tú no ardas de amor, muchos morirán de frío.

martes, 22 de abril de 2014

Después de ese día




Queda una luna, apenas un gajo de luna
creciente o menguante ¿qué cambia eso?
El espejo está roto y no engaña a su reflejo,
ni devuelve la sonrisa ni la mirada ansiosa
en amaneceres de certidumbres necias
cuando despuntar el día en la terraza
era un golpe de luz y huellas acercándose.

Hoy abro los ojos detestando estos muros,
cascarón vacío donde ayer era nido de sueños.
Se descarna la blanca cal de las paredes
como una suave piel derrochada en demoras.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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