El día que tú no ardas de amor, muchos morirán de frío.

lunes, 21 de abril de 2014

SALIR DEL CUARTO OSCURO (sin Instagram ni Photoshop)

Hay días que miro mi álbum de fotos y descubro que todo él es un timo. Me pregunto a veces quién es esa extraña que me sonríe desde esas imágenes, algunas ya amarillentas por el tiempo q...ue nunca perdona, sólo hay que mirarse en el espejo para comprobarlo.

Nos engañamos cuando pensamos que la fotografía es la historia gráfica de una persona, una vida o un acontecimiento. Como la historia, la fotografía también se escribe desde la óptica de los vencedores y, falseándonos a nosotros mismos, sólo guardamos en las que se nos ve felices, fuertes, hermosos... ¿quién conserva las imágenes de su propia debilidad, dolor, enfermedad o fracaso?

Miras cualquier álbum de fotos y dirías que la vida es una fiesta continua, un camino perfecto de amor, de belleza y de gozo. En las fotografías las familias unidas sonríen con dientes blancos y bonita ropa. De brillantes colores, en las fotografías casi se diría que somos perfectos, que somos lo que debimos ser o lo que querríamos haber sido pero no fuimos.

Miro a esa linda niña que baila graciosa en un viejo documento en blanco y negro y no es la niña asustada y solitaria que aun vive en ciertos dolorosos recuerdos, la niña de la foto es la que debió ser, la que querían que fuese, la que existió lo que dura el clic de un disparador mientras la real se escondía avergonzada de su miedo y sus pesadillas.

Miro a una adolescente hermosa y rompecorazones, cual perfecta Lolita, y sufro con sus complejos, su vergüenza, su confusión, su paseo por el camino de la autodestrucción y su lucha por salir de él. En la fotografía podría ser orgullo de la familia y amigos, el tormento que fue para los demás y para ella misma fue a parar, roto en mil pedazos, a la papelera recién sacado de la reveladora.

Miro a la mujer altiva y rotunda que parece que se come el mundo a inmensos bocados y me pregunto donde están sus sueños perdidos, sus dientes perdidos, sus amores perdidos, su valor perdido, el tiempo perdido...

No nos hacemos las fotos ni guardamos los más hermosos recuerdos para nosotros mismos, sospecho que lo hacemos con la esperanza de que alguien se enamore de esa imagen soñada, ame al menos la perfección que fuimos por un instante... y después nos lamentamos cuando no aman nuestra cruda y fea realidad.

Pero así es, me hice todas esas fotografías por ti, mi amor, para el día que llegases, y ahora que voy a romperlas, ¿serás capaz de amarme sólo vestida con mi verdad desnuda?


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