El día que tú no ardas de amor, muchos morirán de frío.

viernes, 2 de mayo de 2014

Los perros vagabundos

Un poema que leí -y copié y guardé- hace muchos años... y ahora mismo me doy cuenta que ni sé quien es el autor. Lo busco y no lo encuentro para decirle "gracias por tu pequeña joya". Y aquí está, para todos. 




De tu boca cuelga mi piel
y desciendo entre verbos de fuego hasta el centro de ti.
La vida tiene escondites maravillosos.
Tus ojos restituyen mis selvas
y mis tímidos venados amanecen malheridos
o totalmente muertos;

pero siempre están listos para salir a caminar.
Soy ahora adicto a tus sudores,
a la geografía metafísica
con la que me ataste de pies y manos a tus balcones.
Te amo porque no sabría hacer otra cosa.
Te amo con el jazmín y la rosa blanca,
pero te amo también con mis bestias más oscuras.
Te amo de manera indecorosa
porque la gente decente me causa espanto,
como las mujeres que dan hijos y no beben vino,
como los hombres que no se atreven
a matar de placer a una mujer en medio de la calle si es preciso.
Soy pariente de los perros vagabundos
y te amo de manera atrozmente inconfesable;
que es la única manera en la que vale la pena el amor,
amor mío.




No hay comentarios:

Publicar un comentario