Seguro
que hay un lugar donde no existen las terminales de los aeropuertos, ni
los trenes ni los relojes. Las academias de idiomas no se inventaron,
ni tampoco las costumbres gastronómicas o las estaciones. Un lugar donde
tu nombre y mi nombre se confunden con gruñidos y las carreteras no
llevan a ninguna parte. Sé que existe ese lugar y estoy en camino, sólo
debo encontrar el sueño que me lleve hasta la puerta de tu casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario